Una nueva entrega del subinspector Escalona que, como en las anteriores, nos lleva a recorrer una Barcelona actual y cotidiana, perfectamente caracterizada, desde las más pobres y tristes casas de vecindad a los despachos de la Generalitat. Un verdadero fresco de la vida pintado con una prosa ágil y a través de unos personajes tratados con humanidad y ternura.