Los cristianos también queremos defender nuestra fe y nuestras costumbres de la influencia de otras culturas, de culturas donde Dios no existe y la Navidad se convierte en vacaciones de invierno, en días de regalo y diversión.Pero no temamos. Dios no lo va a permitir. La Navidad es la fiesta de las luces. Iluminemos las calles, las casas, los árboles, pero sobre todo, iluminemos nuestros corazones. La oración en familia es el aceite que hace que nuestras velas no se apaguen, que nuestra Navidad siga siendo la fiesta del gran milagro, del nacimiento de Jesús, de la venida del Hijo de Dios al mundo. Cada Navidad recordamos que no estamos solos, que Dios habita entre nosotros, que Jesús es la luz del mundo.
Una luz que nada ni nadie logrará apagar.
oración simple de San Francisco de Asís,
patrón de los Nacimientos . . . . . . . . . . . . . . . 17
Novena de navidad
16 de diciembre ¿Qué quieres, Señor, de mí? . . 19
17 de diciembre ... un corazón acogedor . . . . . 27
18 de diciembre ... un corazón luminoso . . . . . 35
19 de diciembre ... un corazón justo . . . . . . . . 43
20 de diciembre ... un corazón valiente . . . . . 51
21 de diciembre ... un corazón generoso . . . . . 59
22 de diciembre ... un corazón semejante al tuyo 67
23 de diciembre ... un corazón alegre . . . . . . . 75
24 de diciembre ... un corazón humilde . . . . . 83
año tras año, revivir la escena . . . . . . . . . . . . 91
el Belén viviente de Greccio . . . . . . . . . . . . . . 99
un gran milagro ha ocurrido aquí . . . . . . . . 103