La vida es un viaje, largo para unos y corto para otros, que está inmerso en una sucesión de trenes que se entrecruzan por rieles y estaciones, algunas dormidas y olvidadas, y otras muy activas y convulsas, y cuyo único fin es transportarnos hacia algún punto elegido Punto que a veces no lo vemos en el horizonte y para el que surgen muchos obstáculos que nos obnubilan con su brillo o con su opacidad y nos hacen desviarnos o perdernos de la ruta. Durante mi viaje, me bajé y husmeé en muchísimas estaciones, esperé impaciente demasiados trenes, recorté ávidamente caminos y aligeré creativamente mis pasos; todo con el propósito de descubrir y solazarme con los encantos del viaje.