Podría decirse que este libro es una suerte de biografía filosófica. Empezó planteándose una serie de problemas vitales, cuestiones profundamente humanas como el tiempo, la vida, el sentido, la identidad, la verdad, que afectan a toda persona por el simple hecho de serlo y que preocupan a gran parte del género humano por ser racional y reflexionar sobre lo que siente. Es cierto que no a todas las personas les quita el sueño lo que aquí se trata. No obstante, ese hecho ni le resta importancia ni lo hace menos pertinente para el interesado. El proceso aquí recogido se manifiesta en reflexiones distintas, pero estrechamente relacionadas. Una reflexión fue llevando a otra. Esta crónica filosófica fue tomando cierto rumbo, si bien pudo haber sido otro distinto, una vez percibidos los límites de la razón. El rumbo adquirió en su momento un tono más espiritual, pero también aquí los límites aparecieron. Límites, imprecisiones y cierto escepticismo que llevaron de nuevo a un mayor rigor filosófico. Esto es lo que aquí se expone, esta es la crónica irregular de un proceso que todavía no ha concluido y que intenta clarificar algunos conceptos difusos, varias ideas muchas veces acríticamente aceptadas y ciertas concepciones no suficientemente justificadas. Este proceso ha sido muy importante para el autor y explica en gran medida lo que él mismo ha llegado a ser hasta el momento. Por este hecho y por la convicción de que lo que aquí se explica puede ser valioso para otros, se condensa en esta obra un recorrido filosófico y vital.