Alguien me dijo una vez que un año y un día es el tiempo necesario para empezar a olvidar a alguien. Hasta ese momento los recuerdos no te dejan vivir en paz: el mismo día del año pasado estabais de vacaciones juntos, o era su cumpleaños y lo celebrabais con vuestros amigos, le hiciste aquel regalo sorpresa Todos los días hablan de él, de ti, de vuestra historia de amor.
Pero cuando pasa un año y un día, las cosas cambian: el mismo día del año anterior tú ya estabas sola. Abatida, destruida, triste y sola. Sola y mucho peor de lo que estás ahora.
Entonces es cuando empiezas a olvidar, a liberarte. Y a vivir.