La prohibición de determinados tipos de armas, el control de su exportación a posibles enemigos, e incluso el debate sobre el derecho a poseer y almacenar armas por parte de los ciudadanos en sus domicilios, son temas de rabiosa actualidad.
Pero todas estas cuestiones, relacionadas con los intentos del poder para controlar la fabricación, difusión y empleo de las armas de guerra, se plantearon también en la Antigüedad y en la Edad Media.
Es posible apreciar la existencia de modelos diferentes que coexistieron en el tiempo, y que se asocian a concepciones del poder y ejercicio del gobierno muy diferentes. En la mentalidad arcaica, cada hombre libre consideraba la posesión individual de armas como símbolo indiscutible de su estatus social, ideología y simbolismo que ha perdurado en grupos tan distintos como los sij de la India o los miembros de la National Rifle Association estadounidense.
En el modelo que se puede caracterizar como despótico, más propio de gobiernos unipersonales, el Estado tendía a reservarse el control de la fabricación, almacenamiento y distribución de las armas: el caso del fuego griego sería un buen ejemplo. Este modelo es el que han adoptado la mayoría de los estados democráticos modernos.
Este libro analiza los problemas de la producción y control del armamento desde los arsenales faraónicos hasta el nacimiento de la artillería de pólvora y el desarrollo del Estado absolutista en la Edad Moderna, utilizando una gran variedad de fuentes documentales, iconográficas y arqueológicas.