Creador «de un mundo obsesivo, pesadillesco y pleno de humor», este importante escritor, historietista y fotógrafo uruguayo dejó una obra muy personal de culto. Estas tres novelas, escritas en la década de 1970 y 1980, muestran a un escritor tempranamente tentado por el diablo de la incertidumbre, por personajes que abren los ojos en un territorio entre el sueño y la amenaza. Los textos remiten a Franz Kafka, a quien Mario Levrero consideró determinante, no solo en cuanto a su voluntad de ser escritor, sino también en lo que respecta a la forma misma en que se planteó serlo: «Hasta leer a Kafka no sabía que se podía decir la verdad».