Después de intervenir en la detención del peligroso fugitivo Nicholas Janssen, la agente de seguridad Maggie Spencer no tenía ni un minuto de descanso. Mientras el detenido siguiera intentando evitar la extradición desde la cárcel holandesa en la que se encontraba, Maggie no pensaba echarse atrás? por mucho que el alguacil Rob Dunnemore se empeñara en ponerla entre la espada y la pared con sus preguntas. Maggie no tenía ningún motivo para confiar en Rob, sobre todo después de enterarse de que tenía un interés personal en el caso: había estado a punto de morir gracias a Janssen. Pero cuando Maggie y Rob encontraron el cuerpo de un diplomático y se dieron cuenta de que había una nueva víctima, ella no pudo hacer otra cosa más que confiar en él, porque ambos habían caído en una trampa?