¿Podría ser la felicidad conyugal la respuesta que estaba esperando? No era fácil engañar a Tara Montgomery. Había conocido a muchos hombres que abandonaban a las mujeres después de seducirlas. De hecho, uno de ellos la había dejado embarazada, por lo que no había ninguna posibilidad de que el encantador Dylan Ross pudiera tentarla. Pero Dylan tenía mucho más en común con Tara de lo que ella hubiera imaginado nunca: Dylan acababa de descubrir que tenía una hija de cuatro años. Ser padre soltero le estaba resultando muy difícil y Dylan necesitaba toda la ayuda que Tara, como empleada de guardería, pudiera proporcionarle.