Hay una poesía, que menudea en nuestro país, que todo lo que hace es predisponernos a la resignación. La de Eladio Orta, por el contrario, se ha querido convertir en incendio conforme más cava tierra y sangre adentro más allá de lo que a las palabras les es permitido decir. Cuando en septiembre de 2001 llegó desde las marismas, hasta nuestra casa, una versión primera de Traductor del médium (Ediciones Idea, Tenerife, 2008), pudimos confirmar el abismo con llagas al que podían llegar a alcanzar los poemas con tierra de unos de los poetas más sobresalientes de nuestro tiempo.