A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión: oímos una frase, y las palabras, como si de un potente láser silencioso se tratara, nos penetran en las venas, para quedar adheridas a nuestra sangre, con la que circularán incesantemente por todo nuestro organismo. O quizá, en lugar de una frase, sea una persona la que, apenas haberla conocido, da con una plaza de aparcamiento en nuestro corazón. O se nos presentan situaciones imprevistas, como, por ejemplo, que, estando en posesión de una licenciatura en Bellas Artes, debamos ganarnos la vida trabajando en una gasolinera, lo que nos obligará a inventar realidades que nos ayuden a soportarlo. Así son las siete narraciones que completan este volumen: siete potentes fogonazos que, desde el inquietante escenario de una gasolinera, moverán todo lo que en nuestro interior hay de vivo e inquieto.