Si es usted de los que creen que lo que políticos, empresarios y banqueros llaman crisis es una estafa, no deje de leer este libro. Aquí tiene los nombres de quienes exigen bajar los salarios a los trabajadores, pero disfrutan de nóminas opulentas, como Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, que cobró 6,27 millones de euros en 2012.
Los que defienden el despido de 20 días y disfrutan de blindajes multimillonarios, como Rodrigo Rato y los altos ejecutivos de las siete cajas integradas en Bankia, que tenían pactadas indemnizaciones de hasta tres años de salario bruto.
Los que apoyan el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67, pero se jubilan mucho antes, como José Luis Rodríguez Zapatero, que se ha retirado a los 51 años con dos sueldos de por vida.
Los que dicen que hay que pagar impuestos, pero ellos evitan hacerlo, como Gerardo Díaz Ferrán, que está en prisión acusado de evadir su fortuna, o 33 de las 35 empresas del IBEX, las más importantes del país, que tienen 437 sociedades en paraísos fiscales para eludir sus compromisos con Hacienda.
Los que respaldan la reducción de las prestaciones de desempleo porque van de lo público a lo privado, y viceversa, y nunca se quedan en paro, como el ministro de Economía Luis de Guindos o los exministros Elena Salgado y Pedro Solbes, que están o han estado a sueldo de Endesa y otras compañías.
La lista de abusos y mentiras no tiene fin.
El periodista Carlos Fonseca denuncia en Tipos infames a los responsables de la crisis con nombres y apellidos, y se pregunta y nos pregunta «¿por qué no pasa nada?». José Luis Sampedro dijo que «nos gobiernan a través del miedo», y Andrés Neuman escribió que «los valientes son cobardes furiosos». Y hay muchos.