Si se pregunta a un manchego sobre sus antepasados carpetanos, lo más que acierte a responder podría ser acerca de los montes Carpetanos, o la vía Carpetana si el interpelado fuese de Madrid, pues no olvidemos el carácter de poblachón manchego de la capital de España. Y poco más. Utilizando bibliografía especializada, el autor ha intentado dar desde su particular prisma un toque divulgativo, no exento de cierto desenfado y alguna que otra escueta pincelada de humor, para explicar los diversos aspectos de la vida de este pueblo de la Meseta sur española hace más de 2000 años. El pueblo carpetano se origina como etnia diferenciada a partir de una amalgama cultural resultante de influencias recibidas desde los cuatro puntos cardinales, unas más fuertes que otras, y cada una con sus peculiares matices. Desde las etapas historiográficas que abordan la cultura carpetana hasta el hábitat antes y durante la época romana, pasando por la economía, la etnogénesis, la romanización, la sociedad, las creencias, el solar que habitaron, las costumbres funerarias, el carpetovetonismo más exacerbado, este trabajo supone abarcar, resultado de una minuciosa tarea de compilación de datos dispersos, un campo de conocimientos generales sobre esta etnia en un mismo volumen, etnia, por otra parte, bastante desconocida y con escasa bibliografía dedicada. Vemos como los carpetanos irrumpen durante la II Edad del Hierro en la Historia de la mano de los primeros cronistas grecorromanos y púnicos, propagandistas de las dos grandes potencias que dirimen sus cuitas imperialistas en la Península Ibérica, utilizando como mercenarios a los feroces guerreros que la habitan. Y comprobamos por los restos arqueológicos que nos han dejado, que fueron una cultura bastante discreta en sus planteamientos y alcances. No había más cera que la que ardía en estas áridas y duras tierras mesetarias