Hans Küng ha servido a la Iglesia católica durante toda su vida (ciertamente, no siempre para alegría de los papas): como teólogo respetado en el mundo entero, como sacerdote y como escritor. Ahora le presta un servicio como terapeuta: diagnosticando con claridad las causas de la enfermedad que padece la Iglesia y proponiendo remedios eficaces.
La crisis eclesial va mucho más allá de los casos de abusos a menores y del encubrimiento de tales conductas: se trata de una crisis fundamental del sistema romano. Una Iglesia que siga aferrándose al monopolio del poder y de la verdad, así como a su aversión a la sexualidad y su misoginia, una Iglesia que se niegue a introducir reformas y se cierre en banda al mundo moderno ilustrado no puede perdurar. Desde la confianza en que la Iglesia pueda recobrar la salud, este libro quiere abrir un «diálogo sobre el futuro».