Rafael Álvarez ha tenido el coraje de atreverse a pensar y a razonar, el valor de intervenir cívicamente, de opinar y de arriesgarse a equivocarse, e incluso a precipitarse. Lo ha hecho regularmente en medios de comunicación impresos en Canarias, un entorno en el que demasiado a menudo lo que se escribe y publica oculta más de lo que explica, se omite o se difunde; cuenta lo que no pasa y esconde lo que realmente pasa. Asumiendo riesgos, sinsabores e ingratitudes, Rafael Álvarez ha osado apostar cívicamente por un ejercicio en plenitud de ciudadanía en Canarias. Juan Fernando López Aguilar