Julia Escobar nació en Madrid de 1946. Estudió Filología Clásica y ha traducido interesantes obras del francés. Colabora también como periodista en numerosas publicaciones y en la radio. Uno de los asuntos que más inquietan a Escobar es la muerte, a la cual, como Jesús Bregante señala, se ha acercado con ironía en un intento de conjurar el miedo de lo incierto. Es autora de las novelas NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL (1999) y LA ASAMBLEA DE LOS MUERTOS (2000). Antes de debutar en la prosa, había publicado los poemarios FLUYEN PERMANENTES (1984) con el que obtuvo el Premio Francisco de Quevedo en 1981, y TIEMPO A TRAVÉS (Pre-Textos, 1994), así como ensayos sobre literatura y traducción. En 1999 el Ministerio de Cultura de Francia le otorgó la distinción de Chevallier dans l'Ordre des Arts et des Lettres.