En un primer momento, los Byrds fueron considerados como la respuesta de América a los Beatles, pero su permanente inconformismo les hizo explorar nuevos territorios, convirtiéndose en pioneros de la psicodelia o del raga-rock, en un proceso evolutivo que parecía no tener fin. En 1968, el fugaz paso de Gram Parsons por los Byrds hizo que sentaran las bases de un nuevo género, el country rock, al tiempo que se daba inicio a la última etapa del grupo. Esta época, menos conocida que la primera etapa de los Byrds, ha ido ganando prestigio con el paso de los años. Hoy se les da el valor que merecen a muchos de los discos grabados por esta formación y también a la labor realizada por el excepcional guitarrista Clarence White, quien, junto a McGuinn, mantuvo viva la llama de la banda hasta la reunión de sus miembros originales en 1973, con la que se puso fin a la historia del grupo.
Han transcurrido más de tres décadas desde que los Byrds publicaron su último álbum, pero sus discos mantienen un sonido extraordinariamente contemporáneo y su imagen y actitud siguen siendo tan actuales como lo fueron entonces. Por todo ello, y por la influencia que aún ejercen sobre las nuevas generaciones de músicos, se puede afirmar que, sin duda alguna, los Byrds son ahora más jóvenes que ayer.