Se analiza, en primer lugar, cómo en una sociedad pendiente de la producción de conocimiento, es necesario atender a la mirada de las ciencias sociales y sus expertos como una de las herramientas que intervienen en la conformación de la realidad social y del sentido social en general; y estudiar, en segundo lugar, los aspectos materiales de la identidad, esto es, las nuevas tecnologías o mediaciones que intervienen en el despliegue, promoción e institucionalización de las identidades colectivas: el cuerpo y sus útiles, la información y sus vehículos, la cultura y sus soportes, la producción del patrimonio cultural, la gestación de nuevos proyectos gastronómicos, la gestión del desperdicio o los nuevos dispositivos museológicos.