Los cambios tecnológicos tan rápidos a los que estamos expuestos hoy en día generan una necesidad de adaptación continua. Si bien es cierto que la tecnología no tiene un efecto determinista, la investigación ha demostrado que puede tener tanto consecuencias positivas como negativas. Uno de los problemas derivados de la tecnología es el tecnoestrés, que se refiere a la experiencia de estrés específico derivado de la introducción y uso (y abuso) de las tecnologías. Una problemática de nuestros días que requiere de una correcta conceptualización, así como de protocolos de evaluación y diagnóstico, y estrategias de prevención e intervención fiables. La presente guía contribuye a difundir el fenómeno del tecnoestrés, y su vertiente científico-aplicada facilita la práctica profesional y el desarrollo de usuarios de tecnología saludables y resilientes.