Cuando aquellos diez personajes de Luigi Pirandelo se pusieron a buscar autor, no sabían que tardarían aún mucho tiempo en dar con la verdadera esencia del pretendido teatro vivido al límite. Porque, bajo la pluma de monsieur Cardona, irreverente y áspera, los personajes cobran vida y los lectores despiertan de golpe del letargo creativo que nos inunda. Lo más lejos posible de la indiferencia, de lo corriente y de lo correcto, distintos personajes muy distintos se apresuran a entablar una lucha contra ellos mismos capaz de poner en guardia al lector más sereno. Profundas reflexiones disfrazadas de simples diálogos dan como resultado un teatro platónico soberbio, en el que no quedará, finalmente, títere con cabeza.