Tal como aborda el autor, el rejuvenecimiento no tiene por qué ser un proceso arduo y exclusivo de unos pocos; al contrario: la recuperación de nuestra salud es, simplemente, una cuestión de permitir que el cuerpo disfrute de los placeres originales de la existencia, y para ese fin ayuda a emprender un triple proceso de purificación, reequilibrio y rejuvenecimiento.
El Tao de la juventud eterna entreteje de manera singular distintas tradiciones (taoísta, primer cristianismo, medicina tradicional china y espiritualidad moderna) y nos introduce en las antiguas artes del rejuvenecimiento corporal aportando técnicas concretas para cultivar una actitud de calma y de fe; para limpiar y fortalecer la sangre que nutre los órganos; para energetizar y revitalizar las glándulas; para practicar regímenes equilibrados en la dieta, la actividad física y la sexualidad, y, tal vez lo más importante, para vivir una vida de servicio y amor, que son la fuente de la verdadera paz y felicidad.
El simple hecho de leer esta obra te conducirá a la relajación, a la esperanza y a una mayor vitalidad.