Cuando nos encontramos en el difícil y a la vez hermoso camino evolutivo, fluyen fuerzas dentro y fuera de nosotros, es un maremágnum de energías positivas y negativas que nos motivan, nos inclinan y nos sacuden. No somos ni mejores ni peores, simplemente somos lo que logramos a través de nuestra evolución, pasando por pruebas difíciles, sufrimientos, desengaños, sinsabores y desilusiones también tenemos ciertos descansos en el sendero, lapsos en donde fuimos felices, satisfechos y en paz con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Lo que sembramos eso cosechamos, cada uno tiene lo que se merece, las leyes espirituales son inflexibles y por ende no se doblegan sino ante la luz del conocimiento trascendental, pues para conocer a fondo las leyes de la vida y de la muerte, es indispensable haber pasado por las iniciaciones requeridas en el templo de la vida, ser iniciado, significa respeto y amor hacia todos y todas las cosas.