?Llamo a estos escritos Sucias verdades porque tienen que ver con la información y las ideas que siempre se excluyen de nuestros medios ?dominados por las corporaciones?, de nuestras escuelas y de la vida política oficial; puntos de vista que son ignorados de forma premeditada o denunciados enérgicamente para que parezcan algo impropio. No son simplemente disidentes, sino ?sucios?, pues carecen del análisis y de la aureola de respetabilidad que se otorgan a las opiniones más convencionales. Así prevenido, el lector debería proceder con precaución, aunque sin miedo a resultar ofendido, porque las verdades, no importa lo poco confortables que sean, son mejor que la sarta de mentiras que soportamos siempre que nuestros líderes y entendidos abren la boca. Una exposición a las ideas y la información que aquí se incluyen supondrá, eso espero, un alejamiento refrescante de la papilla ideológica predominante con la que se nos alimenta una y otra vez sobre asuntos como la pobreza y la riqueza, el fascismo y los mercados libres, los medios y la cultura o la conciencia y el poder de clase?. (M. Parenti)