Sicilia. Dos niños. Dos hermanos. Ella, la más hermosa de la isla. Él, un campesino antifascista que le cuenta cómo es el mundo más allá del mar que se extiende hacia el horizonte, al final de la calle. Cuando crecen, eso que había comenzado como un juego inocente se vuelve una herejía que podría condenarlos.
"En Castellamare del Golfo los hombres vivían y morían en el campo o en el mar. En tiempos de guerra morían en la playa resistiendo el desembarco de los invasores, o agazapados en las trincheras, intentando adivinar en cuál de todas las colinas se detonaría el disparo enemigo. Sin embargo el mar y las colinas se volvían más crueles cuando nadie disparaba. Entonces los hombres morían extenuados en los botes de pesca soportando el peso de las redes, o arrodillados sobre la tierra magra que intentaban cultivar. Paz y guerra variaban sólo en ese detalle. Pero, irremediablemente, los hombres de Castellamare morían atrapados entre las montañas y aquel mar impasible, bellísimo. Siempre."
Sicilia. Preludio de la Segunda Guerra Mundial. Dos niños. Dos hermanos. Ella, la más hermosa de la isla. Él, un campesino antifascista que le cuenta cómo es el mundo más allá del mar que se extiende hacia el horizonte, al final de la calle. Cuando crecen, eso que había comenzado como un juego inocente se vuelve una herejía que podría condenarlos. La Madonna lo ve todo. Giuseppina lo sabe y por eso rechaza a su hermano, que se marcha del pueblo. Sin embargo, en su ausencia, Giuseppina comprende que es imposible separarse de Vito. Aunque su padre quiera casarla con otro. Aunque estalle la guerra. Aunque la Madonna los condene al peor de los castigos.