Hace cien años moría en Estocolmo uno de los artistas más importantes de la literatura nórdica. A su entierro acudieron sesenta de los trescientos mil habitantes que tenía la ciudad en aquella época. August Strindberg es conocido fundamentalmente por sus obras dramáticas y por algunas de sus narraciones. También fue un poderoso poeta, como lo demuestran algunos de los poemas que incluimos en ese libro, que reúne fragmentos de muchas de sus obras, ya sea en forma dramática, narrativa o poética.
Pero no solo destacó Strindberg en la escritura. Su pintura, muy poco conocida en nuestro país, fue revolucionaria en su época, como también lo fueron sus fotografías. Simon Zabell señala en el prólogo que Strindberg se adelantó cincuenta años al surrealismo y también se anticipó al expresionismo abstracto. Fue el inspirador de los heroicos pintores de la Escuela de Nueva York. Su potencia expresiva y su método de trabajo laten en pinturas de Pollock y Rothko, también presentes en esta edición.
Así pues, este libro es una pequeña antología de STRINDBERG (con mayúsculas) ilustrada por el propio autor; una invitación a descubrir el enorme talento artístico de este genio nórdico y universal.