Ser la esposa o novia fiel que enseñe a que su espacio sea respetado, de la misma forma en que ella respete el espacio de su marido o novio, dentro de los límites de la cordialidad, la comunicación y fidelidad. ¡Eso se aprende y se enseña! ¿Cómo? Con paciencia, tolerancia y mucha inteligencia: ¡a eso lo llamo dar de comer alpiste!
Ser la estrella de sus relaciones interpersonales y a la vez, ser humilde a la hora de aceptar sus derrotas y sus triunfos. Para de ello sacar provecho a ese aprendizaje y ponerlos en práctica para efectos posteriores, esto es la resiliencia.
En otros países, cuaima por supuesto no está en su vocablo pero, la aptitud de los hombres hacia las mujeres es universal y es probable que existan diversas formas de expresar su descontento cuando su mujer se comporta de una manera distinta a la que él espera.
Ser el empuje activo del barrio, urbanización, del municipio, estado o país que gobierne o en el cual sea gobernada y, que su sacrificio sea recompensado con todos sus sueños hechos realidad. Hoy en día la mujer es sinónimo de inteligencia, perseverancia, constancia, lucha, dinamismo, amor, libertad y si alguien te dice: ¡Eres una cuaima! Debes responder con orgullo: ?Soy Cuaima, ¿Y qué??