Perseguir una de las más suaves caricias del cosmos, o detenernos a pensar en medio del tiempo que gira en torno a las flores, son algunos de los motivos existenciales de este poemario. Un poemario que nos recuerda que la muerte sueña los fantasmas que vemos, pero que, a su vez, nos habla de intuiciones absolutas, de lluvias platónicas, de las secretas vanidades del horizonte, de los más desbordantes pulsos del viento y de la maleabilidad indiscutible de una pluma en un sueño. Un poemario que es una colección de sugerencias que buscan pintar nuevos paisajes y aconsejarnos que no hay que buscar en el cielo lo que tenemos dentro de nosotros.