Cuatro décadas después de la revolución sexual, nada ha funcionado como se esperaba. Los sexos revolotean uno en torno al otro en todos los ámbitos más intranquila y patéticamente que nunca. Tras ganar el premio Pulitzer en 1999 por sus frescos e incisivos comentarios sobre las amistades peligrosas entre Bill Clinton, Monica Lewinsky, Hillary Clinton y Ken Starr, esta prestigiosa periodista investiga ahora el verdadero expediente X (y también el Y) para adentrarse en los enigmas y embrollos del combate entre los sexos.
De forma sorprendente y entretenida, Dowd explica por qué el prepararse para una cita pasó de pintarse los labios y hacer gárgaras a automedicarse con antidepresivos y googlear; por qué los hombres tienen problemas evolutivos y románticos; por qué las mujeres han retrocedido en tantos aspectos; por qué puede que los hombres sean biológicamente no aptos para ostentar altos cargos debido a sus rabietas de diva, sus peleas felinas, sus confesiones a lágrima viva y su obsesión con la moda; por qué las mujeres se fijan más que nunca en su aspecto congelando sus rostros y emociones en una orgía plástica; por qué los políticos y las instituciones masculinas se tropiezan con tanto tejemaneje; por qué muchas mujeres alpha (como Hillary) pueden triunfar solamente después de ser victimas humilladas; y por qué la definición de «tenerlo todo» ya no es tener poder e igualdad sino ligar y ser rescatadas, reduciendo el «nena, tú sí que puedes» a «nena, vete a tumbarte»
Más que una línea recta, la liberación de la mujer sigue un zigzag confuso. El feminismo duró un nanosegundo y generó un lío entre los sexos que ha desconcertado a los hombres y las mujeres durante medio siglo. Pero esta mujer está dispuesta a cortar por lo sano y hacerle cosquillas a la costilla de Adán. La batalla de los sexos nunca será la misma.
«Mi tesis es que el feminismo ha muerto. Ha sido aniquilado por el narcisismo y el materialismo que son ismos mucho más importantes en el siglo XXI. (.) Definitivamente yo soy feminista, pero el feminismo es un movimiento que ya dio sus últimas coleadas y la palabra tiene connotaciones que no gustan en absoluto a las mujeres jóvenes. Ellas [las feministas] eliminaron el lado divertido de la vida. Barbie era mala, la moda era mala, ser sexy era malo.» Maureen Dowd en una entrevista con Publishers Weekly