?Observándole de cerca como estaba, el Inspector Murillo reparó en un detalle que llamó su atención: las ropas del difunto indigente no olían a alcohol, y si bien parecían sucias, era sólo debido a la acumulación de manchas imposibles de limpiar; de hecho, al aproximar su gran nariz a la camisa, pudo descubrir lo que le pareció un agradable olor a suavizante. ?Curioso?, pensó.? Roberto Murillo no se equivoca al sospechar que hay algo extraño en esa muerte. Sin embargo, no encuentra ninguna pista que le lleve hasta el asesino, y el caso queda sin resolver; al menos de momento? Meses después, Alex y Kike, dos jóvenes detectives contratados por la adinerada sobrina del fallecido, emprenden su investigación. Gracias en parte a la suerte del principiante, desenmarañan una red de relaciones imposibles y secretos ocultos en el tiempo que les permitirá dilucidar el oscuro misterio. Con un final sorprendente, Sólo los perros me saludan es una novela policiaca que, con una prosa amable y ligera, utiliza varias muertes como excusa para conocer a los variopintos personajes, cuyas vidas están llenas de apariencias, sentimientos, maldad, infortunios, coincidencias? Pero, sobre todo, llenas de soledad.