Pensador de las tensiones, crítico literario, materialista mesiánico: son múltiples las caracterizaciones posibles de un intelectual que se resiste, sin embargo, a las urgencias clasificatorias de nuestro tiempo. Walter Benjamin a llevar a sus intérpretes a ensayar nombres para enmarcar su figura, tan contemporánea que a más de un siglo de su nacimiento todavía invita a realizar la tarea crítica por excelencia: la tarea, pensada siempre como tarea, de pensar.
La presente traducción contiene fragmentos y esquemas tempranos sobre problemas relacionados con el amor: el matrimonio, el cuerpo, la sexualidad, la lejanía. Compuestos entre finales de la década de 1910 y comienzos de la de 1920, en el período premarxista, ponen de relieve la importancia de Eros en su obra y evidencian la relevancia que el tema tendrá también en el contexto de sus análisis políticos y estéticos de la década de 1930.