Vísperas de su incorporación a la Corona, las jurisdicciones señoriales, con marcado predominio de las seculares, cubrían las tres cuartas partes de la provincia-reino de Valencia, acompañadas con frecuencia, a raíz de la expulsión de los moriscos, del elemento solariego. Sin embargo, las tierras valencianas constituyen una excepción muy notoria en la regla general de que las propiedades de la nobleza son más nutridas en aquellas provincias de mayor porcentaje señorial bajo el Antiguo Régimen.
Este libro analiza las peculiaridades del régimen señorial valenciano que explican una evolución tan singular, concediendo especial atención: a la presencia, tras la conquista cristiana, de un numeroso contingente mudéjar, morisco luego; continuada egresión del Real Patrimonio de señoríos; concesión, en 1329, del llamado Fuero Alfonsino; bando de expulsión de los moriscos en 1609y renovación de establiments; abolición de Furs (1707), Nueva Planta y pérdida del derecho foral; legislación abolicionista, desvinculadora y desamortizadora; impago generalizado e irreversible de rentas señoriales en 1835, que abrió paso a la extinción de los señoríos territoriales y solariegos con redenciones colectivas o, por el transcurso del tiempo, prescripción.