Stendhal, que vivió en Italia durante siete años, nos muestra aquí su forma de ver ese país que tanto amó. Quizás convenga leer este Síndrome del viajero ante todo como un reconocimiento al Stendhal viajero, que nos enseña una forma de viajar, su particular forma de ver, su mirada siempre inteligente e intensa, su concepción del viaje como observación, diversión, alimento para el alma, como aventura interior, como fuente de pasiones que lo son por la vida. El volumen contiene fotografías de obras de algunos de los artistas más queridos por el autor.