Abril 1917. Francia ha sido invadida por la guerra. El político Georges Clemenceau lidera en Paris a la oposición y trata de acabar con el gobierno de Caillaux. Silas Corey, soldado desmovilizado, reportero,detective y aventurero a tiempo completo es contratado por Clemenceau para encontrar a un reportero que ha desaparecido. Existen sospechas de que el desaparecido podría haber encontrado pruebas que acusarían al jefe de gobierno de alta traición. Corey no solo acepta la misión, sino que vende a continuación sus servicios a la Oficina Segunda (servicio de información del Ejército francés) y a la Señora Zarkoff, una cabecilla de la industria del armamento, comprometida en la trama. Ayudado por sus tres sueldos, Corey sigue la pista del reportero para, rápidamente, cruzarse en el camino del temible espía Aquila, que dirige las operaciones en Francia del emperador alemán Guillermo II, el último Káiser. Parece que de la investigación de Corey depende el final de la guerra. Pero ¿para quién trabaja exactamente Silas Corey?
Mezclando con maestría los elementos más destacados de un personaje parecido a Sherlock Holmes o Arsenio Lupin, Silas Corey deja el mismo sabor de boca que el mejor de los James Bond. Una trama intensa, vinculada a aspectos históricos determinantes, unos personajes destacables y, sobre todo, una aventura trepidante e inesperada. Nury, su guionista, pone de relieve los aspectos capitalistas de la guerra, en este caso la Primera Guerra Mundial, en la que los intereses de algunos industriales se mezclan con las decisiones políticas.
Alary vuelve a destacar con su trazo dinámico heredado de sus años en Disney en una historia que le sienta como un guante. Perfecto narrador, Alary sabe alternar entre escenas de acción deslumbrantes y momentos pausados en los que se profundiza en los personajes y la historia. Fabien Nury y Pierre Alary han creado un personaje con clase y brillo, arrogante y escurridizo, dandi insoportable. Un canalla que nos encantará odiar a lo largo de sus aventuras.
La edición española, donde se puede leer la historia completa de La red Aquila, ofrece también una guindilla para los más curiosos: cuatro páginas extra con un acercamiento al trasfondo histórico del relato.
¡Imprescindible!