El hombre que nos cuenta aquí su historia de puño y letra es un superviviente que atraviesa durante siete años una especie de túnel del horror y sale airoso al otro lado mientras muchos sucumben a su alrededor. A lo largo de tres centros de detención (Buenavista, Gobernación y Fomento) y de cuatro cárceles (San Antón, Comendadoras, Porlier y Guadalajara) padece fiebres, ictericia, una herida infectada, supera las palizas, la insalubridad, el hambre extremo, sortea el tifus y la tuberculosis, resiste experimentos médicos de los alemanes, burla las visitas de los esclavistas, vive varios asaltos a la cárcel en que se pide la cabeza de los rojos, se libra de las ejecuciones elegidas por sistema de azar y llega a estar ante un pelotón de fusilamiento viviendo después para contarlo. Una historia que debía ser escrita y que debe ser leída.