Semana santa de 1935 en Estuario, un pequeño y antiguo pueblo. A partir de la llegada de los gitanos al lugar, comienza una serie de desapariciones de niños menores de siete años, quienes eran sacrificados dentro de una extraña y misteriosa cueva por el líder de los gitanos, a cambio de riqueza y poder, utilizando la voluntad de sus seguidores para lograr su propósito. Solo hacía falta el último sacrificio y con ello, la inevitable ira de Dios, la precipitada llegada del fin de los tiempos y la destrucción del séptimo sello sagrado, misión a cargo del ángel de la muerte, Omar. Omar, un gitano que viaja con el grupo, descubre las intenciones del líder, al presenciar uno de los rituales que hacía, el joven sale huyendo del lugar en busca de ayuda, evitando recurrir a la destrucción del Séptimo sello, el más poderoso de todos, que hará destruir a todo ser viviente sobre la faz de la tierra. Pero se enamora perdidamente de Leonor, mientras que ella está comprometida en un matrimonio arreglado desde su nacimiento con Agustín, provocando un triángulo amoroso que desenlaza en una terrible desgracia dentro de la cueva, siendo esta, un portal entre las oscuras cloacas del infierno y el pueblo místico de Estuario. Pasa el tiempo. Ángela una hermosa y joven mujer y Benjamín su hermano pequeño, se encuentran con Omar. La joven es la reencarnación de Leonor, quien lleva marcado sobre sus hombros el karma de un suicidio inesperado, obligando con esta acción a la insospechada llegada del fin de los tiempos. Eventos apocalípticos inician, mostrando la vulnerabilidad del hombre, ante una atmósfera de misticismos y eventos sobrenaturales, que terminan con la poca fe ante la tragedia y la desesperanza de cada habitante del poblado, regresando en el tiempo el pasado y las desgracias. También se muestra la sencillez, la entrega y la inocencia que se refleja en los protagonistas de la historia, cuando el deseo desenfrenado, el amor y la pasión, se hacen presentes.