El desarrollo de la astronomía y la astrología por Abraham ibn Ezra y Abraham Zacuto y la aportación de Maimónides en el terreno de la medicina ponen de relieve la preocupación de los judíos de Sefarad por integrar la ciencia heredada de la Antigüedad en su propio sistema de pensamiento. También fueron conscientes de que les abría el camino para alcanzar las altas esferas del poder y les permitía justificar, ante los defensores de las otras religiones, que los principios fundamentales del judaísmo y las tradiciones más antiguas en las que siempre habían creído tenían sólidos fundamentos racionales.