En formato entrevista, el actual arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, se sincera en un diálogo franco y abierto con la periodista Teresa Gutiérrez de Cabiedes.
¿Qué sendero conduce de las riquezas de la Iglesia a la pobreza de la humanidad?
¿Cómo hablar del Señor de la paz en el campo de batalla?
¿Dónde se esconde su Dios cada vez que sufre un inocente?
¿Quién ordena la agenda de un hombre que da su número de teléfono a cualquiera que lo necesite?
¿Cómo vive un monseñor del siglo xxi sin séquito y con un rebaño a ratos menguante, a ratos rebelde?
¿Tiene aficiones, o la mitra acartona su diversión?
¿Ha pensado alguna vez en echar el cierre y abandonar su ministerio?
¿Qué haría el arzobispo si un día descubre que el papa se ha equivocado?.
Más de trescientas preguntas a un hombre de hoy que sabe escuchar, que no teme afrontar ningún tema, capaz de encarnar lo que piensa.
Del prólogo de Paloma Gómez Borrero:
«Cuando supe que monseñor Pérez y Teresa estaban preparando este libro, me entusiasmé. El prelado tiene el carisma de la comunicación, la periodista la virtud de hacer asequible lo profundo.
Don Francisco es un hombre sabio, sobre todo en el arte de vivir derramando amor a su paso.; Teresa se ha dedicado profesionalmente a buscar vidas que encarnen convicciones épicas. El resultado del tándem es formidable: la conversación atrapa desde el principio hasta el final. [.]
». cada capítulo pone el dedo en una llaga del hombre contemporáneo. El dolor, el perdón, la misión insustituible de cada vida, el papel de la Iglesia en la sociedad, las lacras de la guerra, el terrorismo y la desunión. van siendo alumbrados con palabras sanadoras.
»Quizá el mayor acierto de este libro sea, precisamente, la luz que regala. [.] Lograr hacer una reflexión profunda y al mismo tiempo luminosa es un reto que aquí se ha conseguido de un modo magnífico».
Monseñor Francisco Pérez nació el 13 de enero de 1947 en Frandovínez (Burgos) y cursó estudios en los Seminarios Menor y Mayor de Burgos, en la Universidad de Santo Tomás (Roma) y en la Universidad de Comillas (Madrid).
Ordenado sacerdote en 1973, durante más de una década fue formador y director espiritual del Seminario Diocesano San Dámaso de Madrid y colaborador en la formación de diáconos permanentes en las diócesis de Madrid, Alcalá de Henares y Getafe.
En 1995 fue nombrado obispo de Osma-Soria y ordenado en la Basílica de San Pedro de Roma por Juan Pablo II.
En 2003 fue nombrado arzobispo castrense. Desde 2001 es además director nacional de las Obras Misionales Pontificias.
En 2007 Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela.
En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal de Misiones.