«En todo el tiempo que duró aquello yo nunca se lo conté a nadie. Me daba miedo. No sé de qué tenía miedo. Pero lo tenía. El miedo es algo terrible. Te paraliza. Es como un nudo en el estómago que no te deja respirar, que no te deja pensar ni reaccionar. Pero he aprendido algo:
TODOS SOMOS DISTINTOS
y eso es lo bonito.»