Tras publicar poemas en diversas revistas, en 1925 la aparición de su primer libro, Huesos de jibia, suscitó un enorme interés. Las ocasiones y La tormenta y otras cosas se sumaron a lo que podríamos denominar la estación hermética de quien en 1975 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Se ha hablado mucho de los dos ciclos montalianos: por un lado, esos tres libros de su juventud y madurez; y por otro los que vendrían después, donde un Montale ya anciano se decanta por la palabra coloquial. Pero lo cierto es que Satura (1971), el libro-bisagra de su producción, tiene mucho del Montale que lo precede y es el germen de su etapa postrera.
Solitario pero rodeado de amigos y admiradores, falleció en Milán en 1981 dejando un libro inédito, Diario póstumo, para el más allá.