En un escenario apenas distópico, con un Santiago al borde de una epidemia, los personajes de Georges Aguayo exhiben sus vidas comunes pero atravesadas por esa circunstancia poco habitual y deambulan por una ciudad real, entrañable que se vuelve extraña a cada paso. Con una prosa certera y cargada de humor, algo poco habitual en la narrativa chilena contemporánea, el autor pinta un panorama en descomposición y plantea una mirada que, desde la literatura, actualiza viejas preguntas de la humanidad: ¿cuánto tiempo más puede durar el orden en el que vivimos hoy?, ¿cuánto falta para que la humanidad acabe con todo y deba pensar en un nuevo comienzo?