Decía Jardiel Poncela que amor se escribe sin hache. Humor, en cambio, se escribe con hache de hilaridad y con muchas otras consonantes idénticas. Veamos, si no. Hache de hilar, por ejemplo. A nadie se le oculta que es obligatorio hacerlo muy finamente si se quiere ser tan ingenioso como lo es la autora de este libro.
De hachazo, porque hay que ver lo cortante que puede ser la ironía. Hache de hallazgo, ¿o es que alguien se cree que es tan fácil escribir con la pluma siempre sorprendente de esta chica?.
Humor se escribe también con hache de hazaña. Para mi que es una proeza lo que Jurado Quintana consigue: mirar de otra manera esa realidad tan apetitiva, de eterno retorno y nunca mejor usada la expresión de Mircea Eliade- del fin de las vacaciones.