Uno de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad es el aumento de trastornos psíquicos en todas las franjas de edad de la población, con el consiguiente riesgo de exclusión social y de pérdida de potencialidad de todo el grupo social. En este momento urge pensar sobre aquellas cuestiones emergentes que hacen tambalear el fundamento de la convivencia grupal, que es la persona, sujeto desde la cual se crea todo el tejido y entramado social.