El presente volumen es un comentario de los Salmos 42-72, que forman el segundo libro del salterio. El sufrimiento, y con él la oración, aparece en casi todos los salmos del primer libro (Sal 1-41). Es el libro de la oscuridad y de la fe. El segundo libro, sin embargo, brinda algunos salmos que le dan un matiz peculiar (Sal 42-43; 63). Sin estar ausente el dolor de la persecución, resplandecen los primeros destellos de la esperanza. Llama la atención, en efecto, la insistencia en la mañana, la ida por el camino, la disposición a cantar y a tañer, la presencia del templo como meta de la marcha? (Sal 68; 72, etc.). Este libro tal vez dé el paso de la fe, mantenida en el dolor, a la esperanza que nos obliga a caminar. Son algunos aspectos que el comentarista ha tenido en cuenta.La editorial Desclée De Brouwer presenta esta serie de comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén, con la pretensión de que ocupe el espacio abierto en el mercado de la lengua castellana entre la divulgación y la crítica científica.Ángel Aparicio Rodríguez nacido en Torquemada (Palencia), es sacerdote claretiano, catedrático de Biblia en el Instituto Teológico de Vida Religiosa, integrado a la Universidad Pontificia de Salamanca. Su tesis doctoral versó sobre el Salmo 16.