A mediados de la década de los noventa del siglo pasado asistimos, en el contexto español, a la visibilización de las víctimas del terror. Su voz público y su testimonio estremecedor comienzan a escucharse. Sus derechos pendientes y sus reivindicaciones crecientes empiezan a ser justamente atendidos. Víctimas individuales, organizaciones soxiales y políticas y ciudadanos particulares que deciden apoyarlas, emiten una duar desclaificación a la sociedad vasconavarra en su conjunto y también a la Iglesia Católica incardinada en sus territorios, acusando especialmente a los Obispos del olvido, la indiferencia, la falta de compasión y solidaridad, la confusión entre víctimas y verdugos y el mayor apoyo a éstos que a aquéllas.
Junto a esto, la Iglesia vasconavarra y en concreto sus dirigentes, ha sido objeto de críticas que van desde su supuesta implicación directa en el surgimiento del grupo terrorista ETA, pasando por la colaboración, la justificación, la defensa o, en el mejor de los casos, la indiferencia hacia él.
Esta investigación trat de exponer de manera exhaustiva y de analizar con serenidad el discurso acerca de las víctimas del terrorismo emitido por los Obispos del País Vasco y Navarra en los últimos cuarenta años (1968 - 2006) para, partiendo de unas referencias basadas en datos objetivos, elaborar un juicio valorativo al respecto que ubique más adecuadamente la polémica que rodea la cuestión.