El Romancero parece haber sido un reflejo exacto del estado de ánimo en el bando republicano y en el bando franquista. De un entusiasmo desbordante al principio en los dos campos, se constata una pausa y pronto un declive hacia el desengaño entre los leales a la República mientras que entre los rebeldes percibimos una euforia ascendente. Hemos recogido en este volumen romances procedentes tanto del bando leal como del alzado. Como se puede constatar, el género del romance, típicamente español, floreció no solamente en el campo republicano, sino también en el franquista, aunque en éste en cantidad y calidad menor, bien es cierto.