La segunda no es una novela al estilo convencional, sino que está escrita a golpes de recuerdos que nos dan una visión más etérea y lejana pero llena de dureza a la hora de denunciar la injusticia. Todo ello cargado de belleza, poesía y fuerza dramática.
Las dos conmovedoras historias forman un alegato contra la intolerancia a través de las cuales podemos reflexionar sobre los enfrentamientos políticos y religiosos con la esperanza de que nunca se repitan en nuestra sociedad.