Es verano y Claudia comienza las vacaciones. Sus padres han decidido pasar unos días en una vieja dehesa de su propiedad que no habían visitado en los últimos cuatro años. La niña, que acaba de cumplir doce años, recupera así un paisaje que había llenado su infancia con magia, luz y color. Pero algo ha cambiado; el río no baja cristalino y alegre como antes y ya no sirve de lecho para sus ensoñaciones. Claudia emprende un viaje río arriba en busca del villano que está contaminando y destruyendo su río. En el camino se verá inmersa en multitud de aventuras que tratará de superar con la ayuda de insospechados compañeros de viaje, como Teo, el feneco, o Salma, el salmón. Su peregrinar le permitirá entrar en contacto con un mundo mágico y luminoso, desconocido hasta entonces para ella, pero también le hará descubrir sentimientos oscuros que no sabía que habitasen en su interior.