«En la venta del Molinillo, que está puesta en los fines de los famosos campos de Alcudia, como vamos de Castilla a la Andalucía, un día de los calurosos del verano, se hallaron en ella a caso dos muchachos de hasta edad de catorce a quince años; el uno, ni el otro no pasaban de diez y siete, ambos de buena gracia, pero muy descosidos, rotos y maltratados; capa no la tenían; los calzones eran de lienzo, y las medias de carne. Bien es verdad que lo enmendaban los zapatos, porque los del uno eran alpargates, tan traídos como llevados, y los del otro picados y sin suelas, de manera que más le servían de cormas que de zapatos.»