Terminada la guerra, Muñoz Suay pasó seis años literalmente enclaustrado en su domicilio familiar por temor a las represalias, un temor que se vio confirmado cuando, en 1946, fue detenido y encarcelado durante dos años y medio. En los años cincuenta, Muñoz Suay inició una infatigable labor como ayudante de dirección, escritor cinematográfico, productor y relaciones públicas de UNINCI, una productora legalmente constituida que en realidad estaba «gestionada» por la cúpula del Partido Comunista de España.
Hábil nadador en las agitadas aguas de la represión franquista y la clandestinidad, Muñoz Suay intentó dignificar el cine español de su tiempo, impulsó revistas y coloquios y fue, en definitiva, el «hombre en la sombra» de realizadores como Berlanga, Bardem o Buñuel. A partir de los años sesenta, prácticamente, hasta el final de sus días, alejado de la disciplina comunista, prosiguió su ingente labor de agitador cultural, volcado en tareas de promoción editorial y gestión de diversos proyectos cinematográficos, entre los que destaca la Filmoteca de Valencia, que hoy lleva su nombre.
Precisamente la Filmoteca de Valencia subvencionó este estudio biográfico fruto de un trabajo de años y alentó a su autor, Esteve Riambau, a presentarlo al Premio Comillas.