La ciudad tiene un "corazón antiguo". Obviamente es el "centro histórico", aunque sería más justo entenderlo de una forma más extensiva y denominarlo "ciudad histórica". La parte de la ciudad que ha acumulado la historia y donde están presentes las distintas etapas de la sociedad urbana. Son los lugares que acumulan memoria, los espacios que contienen los tiempos, a pesar de esto lo que usualmente denominamos ?centros históricos? no siempre son en la actualidad centralidades, pues han decaído, o se han especializado, o han borrado las huellas del pasado. Este libro nos habla de ?centros históricos?, antiguas áreas centrales que han acumulado a lo largo del tiempo poblaciones y actividades diversas, que han mantenido un carácter referencial para el conjunto de los ciudadanos y de los visitantes, que cumplen aún hoy ciertas funciones de centralidad, que poseen un valor polisémico, es decir, que proporcionan ?sentido? a colectivos sociales diversos. Los casos aquí expuestos son considerados en general como relativamente exitosos y objeto de seguimiento por parte de muchas ciudades americanas y europeas. Son experiencias que están en curso de realización y, aunque sean distintas unas de las otras, cada una de ellas puede mostrar que se ha avanzado en la consecución parcial de la mayoría de sus objetivos. Los autores presentan los casos de La Habana, Ciudad de México, Quito y Barcelona con un conocimiento muy preciso, con detalle y objetividad que van más allá del hecho de informar. Al exponer los objetivos planteados, las estrategias seguidas y los instrumentos utilizados, sus trabajos conforman en su conjunto una clase práctica que puede resultar muy útil para actuar en otras ciudades.